Hoy aparezco con uno de los clásicos de la repostería y es que ¿quién no ha probado o no ha oído hablar de la tarta de manzana? Me voy a sincerar con vosotros, nunca me había planteado realizar esta receta y tampoco estaba muy segura de si llegaría a gustarme, pero una tarde abrí la nevera y me encontré con dos paquetes de masa quebrada que había traído mi madre y que estaban a punto de caducar. Por supuesto pensé "tengo que gastarla ya" y me puse a pensar recetas para hacer con ella. Quería hacer algo poco típico pero ya veis, de alguna manera acabé haciendo un postre tradicional. Al fin y al cabo, los clásicos son los clásicos y hay que probarlos como mínimo una vez en la vida, ¿no creéis?
Aunque existen muchísimas variantes de la tarta de manzana decidí seguir la receta tradicional dándole algún toque personal. Supongo que la mayoría ya sabéis de qué se compone esta tarta: Una base de masa quebrada o también llamada pasta Brise, una suave y deliciosa crema pastelera y una capa superior de manzanas. En mi caso, la masa quebrada ya la tenía comprada (la compré en Mercadona) pero si preferís hacerla en casa no es complicado y hay muchísimas recetas paso a paso rondando por estos lugares.
Y aunque no he hecho nunca masa quebrada dicen que lo casero siempre es mejor. Pero no tengo ninguna pega para la masa ya comprada, realmente estaba riquísima y al final la tarta acabó gustándome muchísimo, creo que incluso me atrevería a decir que es una de mis favoritas junto a la tarta de queso. No sabe ni mucho a crema pastelera ni mucho a manzana, tiene el equilibrio perfecto.
Creo que la única objeción que le veo a la masa es que al usar un molde relativamente grande, tuve que estirarla mucho y quedo muy finita y al final con el tiempo, se acaba reblandeciendo un poco.
La tarta acabó de hacerse a última hora de la tarde y salieron unas fotos muy oscuras así que pensé que al día siguiente, cuando hubiera buena luz, le haría más fotos pero... ¡Cuando me quise dar cuenta ya le faltaba un trozo gigantesco a la tarta! Pero bueno, podemos llamarles gajes del oficio, vayamos con la receta.
INGREDIENTES: (para un molde de 30 cm)
- Masa quebrada o también llamada pasta Brise (podéis comprarla o hacerla en casa, yo la tenía ya comprada)
Para la crema pastelera:
- 1/2 litro de leche
- 1 vaina de canela (en la receta original es una vaina de vainilla)
- 125 g de azúcar
- 40 g de harina de maíz (Maizena)
- 4 yemas de huevo
Para la capa superior
- 2-3 manzanas tipo Golden (de las ácidas, no de las pastosas)
- Mermelada de melocotón (en su defecto podéis hacer un almíbar)
- Un poco de azúcar moreno
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será medio-cocer la masa quebrada vacía en el horno. Engrasar vuestro molde, estirar la masa y colocarla en él apretando bien los bordes. Pinchar la base con un tenedor para que no suba, aunque aún así sube un poco. Un buen truco para que la masa no se os suba y os haga bolsas es forrarla con papel de horno y rellenarla de garbanzos o arroz, como se muestra en esta foto. Meterla en el horno durante unos 12 minutos a 180º. No debe llegar a dorarse, ya que luego la volveremos a meter en el horno con las manzanas y la crema pastelera. Cuando la saquéis reservad.
Pasamos a hacer la crema pastelera.
En un cazo ponemos la leche junto a la vaina de canela a temperatura media, la llevamos a ebullición y reservamos.
En un bol mezclamos el azúcar, la Maizena y las yemas de huevo. Batimos bien y cuando esté todo bien integrado vertemos un poco de leche anterior a la mezcla para que coja temperatura y no se corte. Batimos de nuevo y echamos la masa en el cazo junto al resto de la leche anterior. Volvemos a llevar al fuego, a temperatura media-baja y vamos moviendo sin parar hasta que se espese. Tarda un poco, paciencia. Una vez la crema tenga la consistencia deseada retiramos del fuego y dejamos que se enfríe. Si queremos evitar que se forme costra la podemos tapar con papel film transparente, pegado a la crema.
Ahora ya tendremos nuestra masa medio cocida y nuestra crema pastelera enfriándose, así que pasamos a la capa superior de la tarta. Pelamos, descorazonamos y partimos en gajos las manzanas. El tamaño y el grosor es a vuestro gusto. Vertemos la crema pastelera en la base de masa quebrada y encima vamos colocando las manzanas, de la manera que más os guste. Yo las puse haciendo un círculo y bastante superpuestas entre ellas, ya que en el horno encojen un poco.
Cogemos nuestra mermelada de melocotón (o almíbar en su defecto) y pintamos las manzanas con un pincel de cocina.Yo rebajé mi mermelada con un poco de agua ya que estaba algo espesa. En la receta tradicional ahora se metería en el horno pero yo, además del baño de mermelada, espolvoreé azúcar moreno por encima de las manzanas. En mi opinión le da un toque de sabor tostadito perfecto.
Ahora sí, metemos la tarta en el horno a unos 180º hasta que veamos que las manzanas están bien hechas y que empiezan a dorarse por encima. Las mías tardaron bastante así que acabé poniendo el grill, no sé si es el procedimiento correcto de horneado de una tarta de manzana pero el caso es que salió genial y estaba deliciosa. Sacarla del horno y dejarla enfriar.
Espero que os animéis a hacer esta tarta tan clásica si aún no la habéis probado, porque de verdad, esta para chuparse los dedos. Yo creía que no iba a gustarme y mirarme... jope, ahora tengo antojo de tarta de manzana.
Notas:
Podéis acompañar la tarta con fruta fresca, helado, nata, chocolate, frutos secos... con lo que se os ocurra. Pero sola esta buenísima.
Podéis acompañar la tarta con fruta fresca, helado, nata, chocolate, frutos secos... con lo que se os ocurra. Pero sola esta buenísima.
Procurar que los ingredientes estén a temperatura ambiente a la hora de hacerla.
La tarta normalmente se sirve fría y se mantiene unos cinco días máximo en la nevera.
Si tenéis alguna duda u os ha gustado la receta no dudéis en dejar algún comentario o contactar conmigo a través del correo electrónico del blog.
¡Muchos besos y feliz Semana Santa!
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